1998 – Hoy

Por razones familiares, visita con frecuencia Venecia y establece una relación muy fuerte con esa ciudad. Su inquietud investigativa, le lleva, paulatinamente, a una simplificación compositiva y cromática hasta rozar la esencia. Es el momento de sus «atmósferas pintadas», un mundo mágico, de nuevo al límite entre la fantasía y la realidad, la razón y la emoción. En estos últimos años, introduce la figura humana en su universo de “Atmósferas”.

Desde 2012, su obra , basada en la observación, se adentra en un nuevo desafío a la imaginación que cuestiona hasta su propia existencia. Este momento corresponde a la serie de los “ensueños” en estrecha conexión con la consciencia e inconsciencia.

En 2016 recibe la Creu de Sant Jordi, máxima distinción que otorga la Generalitat de Catalunya.